

62 DEBUSSY, RAVEL_CUARTETOS DE CUERDAS
En la primavera de 1889, París estrena un nuevo rostro. Cúpulas doradas,
pabellones, chozas primitivas, palacios efímeros, foros panorámicos,
se siguen entre el Champ de Mars (Campo de Marte) y la Explanada del
Trocadero. Un monstruo de acero se yergue desde hace poco en el cielo de
la capital: la Torre Eiffel. La Exposición Universal acaba de abrir sus puertas,
y ya, una numerosa muchedumbre se aglutina bajo los dorados rayos del
sol de mayo. Entre los curiosos, Achille-Claude Debussy, acompañado por
el compositor Paul Dukas. Los dos hombres se dirigen hacia el Palacio del
Trocadero, un edificio de estilo morisco, en la parte alta de la explanada,
cuyos sendos alminares recuerdan la Giralda de Sevilla. En resumidas
cuentas, un lugar solemne y abigarrado, a imagen y semejanza del cuarteto
de cuerdas que Debussy pronto escribiría. Al Palacio del Trocadero se llega
por una escalera de granito que Debussy y su amigo suben antes de disfrutar,
una vez en la cumbre, de una vista panorámica de la Exposición Universal.
Este lugar ampara una sala de 5 000 plazas, y Rimski-Korsakov se encuentra
a punto de dirigir personalmente algunas de sus propias obras:
Antar
, el
Concierto para piano
y el
Capriccio español
.