

y continentes, se abre paso a codazos entre la muchedumbre compacta,
padece el calor persistente, y por fin llega al
kampong
javanés. Ante él se alza
una puertamonumental hecha de junco y bambú trenzados. Da unos pasos,
y ya se encuentra en Java. Se detiene primero en el chiringuito, una pagoda
construida sobre pilotes donde boys malayos, con cuello rojo y traje blanco
sirven alcoholes de la compañía holandesa Lucas Bols. Curasao, blanco extra
seco, anís blanco,
“centelleante cual diamante fundido”
según dicen. Tras esta
primera degustación descubre a las cuatro bayaderas. Se llaman Thamina,
Sarrkiem, Soukia y Oukiham. Tienen entre 12 y 16 años. Envueltas en telas
doradas, y con la piel cubierta de ungüento, ondulan en danzas lascivas que
fascinan al Todo-París. Una procesión ritmada por el sonido del gamelán
cuyas sonoridades suaves y melancólicas cautivan a Debussy. Él, que odia el
calor y lamuchedumbre, vuelve varias veces para contemplar el espectáculo.
CUARTETO TALICH 67