

Debussy decide acudir al
kampong
javanés. Los organizadores de la exposición
han tomado una muestra de la isla oceánica para implantarla al sureste del
Champ de Mars (Campo de Marte), a unos pasos de la calle de Grenelle.
Jóvenes bailarinas salidas del harén residen en este pueblo del archipiélago
indio. Son propiedad de un príncipe nombrado Manka Negara quien, muy
generosamente, ha aceptado “prestar” a sus criaturas. También se ponderan
los méritos del teatro anamita, la belleza de los pabellones chinos. Debussy
cuya afición a las culturas asiáticas se va acrecentando se pone en camino.
Cruza antes de irse allí la calle del Cairo, que constituye también una de las
principales atracciones de la exposición.Allí encontramos una hilera de casas
blancasconsuspisosenvoladizoysuscelosíasdetrásdelascualeslasmujeres
cautivas se hallan apartadas de la vista del público. Intenta a veces adivinar
supresencia tras los postigos cerrados. En vano.Transita sorteando los asnos
blancos llevados por jóvenes fellahs, los derviches danzantes, cruza países
66 DEBUSSY, RAVEL_CUARTETOS DE CUERDAS