

MOZART_SONATES K.331, 280, 333 41
En la
Sonata en fa mayor K.280
, el movimiento lento reviste una profunda
gravedad. Gravedad que desconcierta de parte de un compositor de 18 años…
Sí, pero la gravedad o la profundidad no tienen dureza. Mozart no estaba, como Schumann
unas décadas más tarde, atormentado por el temor de la locura, la del Carnaval que describe
los personajes que hubiera querido encarnar el compositor. Aunque Mozart no haya sido un
santo, esta violencia le es totalmente ajena.
El primer movimiento de esta sonata lleva un impulso de juventud y una alegría de vivir
increíbles. Y súbitamente, el adagio en fa menor manifiesta como una nube de melancolía.
Se puede caer en la tentación de hacer un paralelo con el movimiento lento del
Concierto para
piano en la mayor K.488
. Es en fa sostenido menor y tiene una construcción idéntica a la de la
sonata.
¿Aquí estamos aún dentro del espíritu del clasicismo, o estamos ya en el del
romanticismo?
¡En el romanticismo, claro está! Pero esta noción también puede aplicarse a muchas obras
anteriores. Tomemos por ejemplo la
Fantasía Cromática
y
Fuga en re menor BWV 903
de Juan
Sebastián Bach. En el recitativo de la Fantasía, las modulaciones y los cambios de expresión
nos llevan de lleno al romanticismo. Y justamente esto hay que tocarlo con un estilo muy
improvisado, como el que se encuentra casi siglo y medio más tarde en el
Segundo Concierto
para piano de Saint-Saëns.
¿Cree Ud. que hay otros “descendientes” de Mozart?
¡Son numerosos! Schubert, Beethoven… Empero, en el siglo XX, me parece que Poulenc expe-
rimenta una necesidad de luz comparable a la deMozart. Estemúsico francés, a quien conocí,
manifestaba una extraordinaria alegría de vivir y adoraba a Mozart. Creo percibir en Poulenc
los mismos placeres, tal vez cierta facilidad y hasta algo de pereza. Consiguió combinar bien
la diversión y la gravedad. Oiga Ud. su ópera
El Diálogo de las Carmelitas
, que considero como
la última gran ópera.