

Todo ello nos trae de regreso al teatro, al diálogo de las voces…
La sonatamozartiana con frecuencia plantea el enfrentamiento de dos temas, dos personajes
a quienes hay que dar vida con el ritmo preciso. Durantemi carrera aprendí mucho al respecto
como acompañante de cantantes de ópera y de lieder, entre ellos Elisabeth Schwartzkopf
durante tres años.
Qué es para usted un “ritmo preciso”?
Quiero decir que con frecuencia se confunde el tempo del reloj con el de lamúsica. El metrónomo
es un instrumento que puede resultar útil para dar una primera indicación, pero también es el
inventomás horrible y anti-musical que existe. El tempo de una obra hay que sentirlo. ¡Trabajar
con el metrónomo es asesinar la música!
Entonces cada música tiene su propio tiempo…
Efectivamente. Si estamos en una medida de 6/8, se trata de un ritmo de siciliana, lo que no
tiene nada de raro en Mozart, que fue educado en Bolonia en contacto directo con la música
italiana. A la inversa, sus allegros deben tocarse con franqueza y rapidez. Con frecuencia
vienen adornados conmuchas alusiones; es decir que el intérprete se divierte aludiendo a una
escena del teatro, a un quid pro quo.
Puesto que se habla de la influencia italiana en Mozart, ¿Cómo plantea Ud.
los ornamentos de sus partituras?
En cuanto a ornamentos, aplico la regla de empezar un trino por la nota superior. El problema
se plantea para la resolución, porque es habitual ponerla siempre al final del trino, pero nome
parece adecuado. Hay que seguir las indicaciones del compositor y no tratar de adornar; este
principio también se aplica a Beethoven.
¿No cree Ud. que el valor del trino en Mozart y en Beethoven sea diferente?
En Beethoven los trinos están medidos, pero no en Mozart. En su música el ornamento
siempre es de inspiración italiana.
ALDO CICCOLINI
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