

40 ALDO CICCOLINI
Así que las KV 457 y 475 entraron bastante tarde en su repertorio… pero
¿tiene acaso recuerdos de conciertos vinculados a ellas?; ¿algún gran
intérprete de antes que le hubiese marcado especialmente?
A.C.
: Me impresionó mucho Walter Gieseking. Era un colorista, un excepcional
intérprete de Debussy y Ravel, y también un maravilloso pianista clásico. Había tocado
el primer movimiento de la
Sonata en do menor
casi con brutalidad, y eso era exactamente
lo que precisaba esta música. Son como aquellas cosas que uno oye cuando es joven,
pero que no se atreve a afrontar “por temor a que...”
Vd ha esperado mucho tiempo antes de tocar la
Sonata
y la
Fantasía
,
mientras que ya había estudiado algunos opus intimidantes de
Beethoven…
A.C.
: No se engañe, también esperé largo tiempo para hacer mi integral Beethoven.
Y fue, muy precisamente, el día de mi 70 cumpleaños, en Palermo, cuando toqué por
primera vez en público la
Sonata
op. 106.
¿Será acaso una manera de decir que ciertos colegas van demasiado
deprisa en la exploración del repertorio?
A.C.
: No pretendo leerle la cartilla a nadie. Sólo puedo lamentar que una determinada
estética lleve a los pianistas a exagerar los tempi. Furtwängler decía que unmovimiento
lento no debe ser lento hasta el punto de diluirse, y un movimiento rápido, un
presto
incluso, no debe tocarse tan deprisa hasta volverse incomprensible.
Mucha gente piensa que aceptamos tocar más despacio, como lo hacía Claudio Arrau,
porque es más fácil. Aún no han entendido que es
extremadamente
difícil tocar más
despacio, y más aún tocar despacio, ya que cada nota debe tener su razón de ser.